EMI, 2005. Hablar de
Madredeus es siempre hablar de Portugal, y hablar de este disco, es
hablar de Lisboa, de la Lisboa donde confluyen el Tejo ―en España
el río Tajo― y el mar, río salpicado de pequeñas embarcaciones,
las faluas, y quizás por eso sea el disco que más se acerca
a la música tradicional dentro de su discografía. Todo esto encaja
perfectamente con el conjunto instrumental relajado que nos ofrecen:
una guitarra clásica, una acústica, un bajo también acústico y un
sintetizador, y por supuesto, como broche de oro, la magnífica voz
de Teresa Salgueiro, que nos ofrece otra visión de la música
tradicional portuguesa, ahora plena de delicadeza, con unos ciertos
toques y matices propios de las nuevas músicas.
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